domingo, 18 de noviembre de 2007







07 noviembre
Guadiana 03 de noviembre de 2007

Los que me conocen no dudan de mi condición de buscador de aventuras, aplico la máxima de que es preferible morir que perder la vida. Así pues hoy inicio esta serie de entregas en las que trataré de enseñar lo bonita que es Extremadura y narrar las aventuras y desventuras que pueda disfrutar o sufrir desde mi cacharro, ese de cuatro ruedas que utilizan los que no saben montar en dos, (pronto la Husky).

GUADIANA. Sábado 3 de Noviembre de 2007

Día espectacular con unos inusuales 24º de temperatura, objetivo: ir desde Villanueva de la Serena hasta la casa de mi amigo Pedro Cruces, situada en la margen derecha del río Guadiana a su paso por Medellín, frente a su Castillo intentando pisar el menos asfalto posible. Salgo de mi cochera buscando la rotonda de Carrefour, cojo la salida hacia el camino que circula detrás del Hospital Comarcal, ¡tierra! y ¡gassss!, primera cruzada. Poca dificultad, sólo algún arenal que se les atragantan a los 18 caballos del motor yamaha de mi trasto, cruzo el Arroyo del Campo con el único problema del remojón mañanero. Continuo, esta vez por asfalto, por la carretera de circunvalación de Don Benito hasta la vía férrea en el polígono industrial Isaac Peral. Vuelvo a levantar polvo por las pistas compactadas intentando localizar la ruta que me lleve hasta el Guadiana para tratar de cruzar hasta su orilla derecha. Varios caminos y pistas cortadas me hacen pasar por algunas trialeras para bajar hasta el cauce del río. Deambulo por la orilla intentando localizar un paso. Tarea inútil, la corriente y las malas salidas desde el otro lado me hacen desistir de mi intento. No me rindo y vuelvo sobre mis pasos, localizo huellas de motos que me indican el buen camino. Craso error, un ruido diferente en la trasera de mi quad me obliga a poner pie en tierra. ¡Coño! pinchazo. El pinchazo es más grave de lo que yo pensaba, una raja de unos 6 centímetros en el flanco de la rueda trasera derecha me ánima a utilizar el salvavidas del móvil. Me niego. Me sitúo en el estribo izquierdo y inicio el camino de vuelta la carretera, piano, piano. Las caras de los tractoristas que me voy cruzando traducen perfectamente sus pensamientos: "que gilipollas". Bueno pues el gilipollas llega a la carretera y utilizo lo que no quería, el móvil. Llamo a Pedro puesto que dispone de un carrillo de motos y está a unos 5 kilómetros, "el móvil al que usted está llamando se encuentra apagado o fuera de cobertura", que desagradable llega a ser esta señorita. Segunda opción, Lolo que también dispone de carrillo. Segunda vez que la desagradable me habla esta mañana y mi mujer esperándome para ir de compras, mal termino yo esta mañana. Bueno pues el de la logística, ya me localizará a alguien, llamada a Luís. Bien suena, algo es algo, al menos no me habla la desagradable.
- Dime tío Ángel
- Tío Luís he pinchado con el quad, estoy........
- Jajajajajajajaja
- Coño Luís que estoy tirado
- ¿Donde andas?
Explicaciones varias, carrillo de Lolo que es más chico que mi trasto. En definitiva, que mi quad terminó en Vulcanizados Stop para prepararlo para mi aventura de mañana. Que por supuesto os contaré.

Más Gasssssssssssssss
09 noviembre
Magacela y circuito de motocross. 03/11/2007

Magacela, La Haba y Circuito de motocross de Don Benito. 04 de noviembre de 2007


A las 12:00 he quedado con toda la “family” en el circuito de motocross de Don Benito, lo primero es desayunar y durante el mismo le digo a mi mujer que me lleve a por mi cacharro que ha pasado la noche del sábado en talleres para la cura de la herida en la rueda. Me pongo las botas, la chaqueta, los guantes y a por el chisme. Es temprano y hasta las doce me da tiempo de hacer un poco el indio. Dicho y hecho, dirección Villanueva para coger el camino de Magacela. Sigue el tiempo inusualmente caluroso para esta época con la desventaja de estar los caminos duros como una piedra y con extensas y profundas cicatrices provocadas por el paso de los tractores, por lo demás el camino es muy fácil, alguna cruzada y poco más. Los que me miran con cara de no muy buenos amigos son los galgueros, ya sabéis, día de caza. Llego a Magacela y me paro en uno de sus miradores, espectaculares vistas de gran parte de La Serena y Las Vegas Altas. Busco caminos que me lleven a La Haba sin más ayuda que mi sentido de la orientación, llego sin problemas y en un tiempo record, las cuestas abajo me hacen ver los 90 en el velocímetro del bicho de cuatro ruedas, ¡increíble!, como anda el trasto. De La Haba a Don Benito miro la hora y para evitar malos rollos con mi familia cambio de dirección y me dirijo a cruzar el Arroyo del Campo y coger el camino a Villanueva. En mi casa esperándome. Le voy a dar una alegría a mi hijo, le digo que se ponga el casco que nos vamos. No se peina, no se lava los dientes y no se como pero ya tiene el casco y las botas puestas y ya está al lado del quad. Por supuesto su madre le obliga a realizar las tareas de aseo no sin un bufido sin traducción por parte de mi hijo. Montamos y quedo a las doce con mi mujer en el circuito. Tampoco es cuestión de perder a mi hijo por el camino, amén del poco margen de tiempo disponible. Así pues me dirijo al camino entre Villanueva y Don Benito, pero los pocos arenales y el mojarse en el Arroyo del Campo hacen que no se le desdibuje la sonrisa en la cara de mi hijo desde que entramos en el camino hasta llegar al circuito.
Estamos en el circuito mi mujer, mis hijos y yo, llamada de Pedro diciendo que se retrasa y que llegará sobre las 12:15 h. Bueno, pues a ver a Paniagua, Lauren y compañía dar saltos en el circuito. No pasan ni cinco minutos cuando desde el segundo salto después de meta se escuchan gritos y lamentos. Una caída. Lo normal es que no sea nada pero veo excesivo movimiento en ese salto con gente pidiendo un coche. Me monto en mi trasto y voy para allá. Paniagua tumbado en el suelo y retorciéndose de dolor con sus manos en la rodilla ¡Joder! Pani otra vez tío, que mala suerte tienen algunos. Hablo con él y me dice “me he jodido la rodilla tío, me la he jodido”. Llamamos al 112 y empezamos a elucubrar sobre la posibilidad de que sean ligamentos pero sin poder ver nada puesto que Pani se retorcía de dolor ante cualquier movimiento. Llega la ambulancia y el médico nos pide que le desabrochemos botas y demás trastos. Él por su lado empieza a cortar su pantalón y ¡¡¡¡JODER!!!, tengo que desviar la mirada hacia otro lado para no volver a ver esa deformada rodilla, me alejo y no vuelvo a mirar, si hay algo en esta vida que no soporto es ver lesiones, (todavía no he sido capaz de ver la lesión de Jorge Garbajosa). Como he padecido alguna que otra y se lo que duele ese momento no puedo ver ninguna, lo estoy contando y se me están poniendo los pelos de punta. Gritos de dolor de Paniagua y caras largas en el resto de la gente. Se lo llevan y para no alargar este mal trago decir que fue operado de desplazamiento de rótula y rotura del ligamento de la misma. En dos meses estará como nuevo, con algún remiendo más, eso sí.
Nos dejan la moto para que se la llevemos a Medellín puesto que ya ha llegado Pedro y dispone de espacio en su carrillo. Desbandada general y nos quedamos solos en el circuito Pedro y yo. Se pone las protecciones, estira y comienza a dar vueltas. Le grabo con mi móvil ya con tío Luís montado en la trasera de mi quad, comienzan las risas y el mal trago se va pasando. Me animo, me pongo el casco y me meto en un circuito de motocross con un atv de 18 caballos. Es cierto gorda, muy sano no estoy. Vuelta de reconocimiento, primer cortado y primer tope de suspensión delantera, más suave tío, más suave, salto de meta y mi chisme se levanta de las cuatro ruedas, ¡puaf! tremendo, cruzada y otro cortado con más topes de suspensión en la recepción. Llega el salto con la subida más fuerte y con más inclinación, mi única duda es si los 18 caballos me llevarían hasta la cresta o por el contrario me pondría de sombrero el cuatro ruedas, increíble sube sin problemas y todavía hubiera subido algo más grande, más curvas, el doble, el de bajada y vuelta a empezar. Pero esta vez había más tráfico en pista y dos gas gas y una yamaha se unieron a la fiesta. A Pedro y su molinillo de café ni olerlo, yo con más ojos en el culo que hacia delante para intentar no molestar cuando en mi punto de mira las dos gas gas. ¿Qué?, ¿Cómo?. Me caliento y voy a por la primera, en el cortado y por mi calentón no os cuento la leche que pego la suspensión delantera, me calmo pero el de la gas gas ya mira para atrás, ¡te tengo!. Se reanuda mi caza y con mi boca buscando oxigeno en uno de los saltos le paso en el aire. Yo creo que ahí el otro piloto pensó “este está como un cencerro”, cortó y me/le dejó/dejé tranquilo. Mi cansancio, el quad pesa 238 kilos en vacío, me obligan a parar, en la explanada mi hijo esperándome como agua de mayo, me mira con ojitos tiernos y que lo voy a hacer, le dejo lo que durante toda la mañana estaba esperando. Se pone el casco, últimos consejos que se pueden resumir en “DESPACIO EHHH” y el retoño comienza a cruzar el quad a hacer derrapes y demás cabriolas con el consiguiente ceño fruncido en mi mujer. No contentos ahora es mi hija la aprieta el gatillo sin conocimiento y mi señora esposa me espeta eso de “tú sabrás, son tus hijos”, pero ver su diversión me divierte. Pedro después de ¡¡¡una hora y veinte minutos!!! de dar vueltas al circuito lo deja y abunda en nuestra teoría de que con 42 años estamos en la flor de la vida.
Día de luces y sombras que terminaron con unas cervecitas y unas raciones en Don Benito.




18 noviembre
En dique seco


Ninguna peripecia que contar, ¿motivo?, mi cuatro ruedas está en talleres. El domingo pasado el aburrimiento y las malas películas en la "tele" me levantaron de mi sillón haciéndome poner las botas y el casco. Venga hoy suave, cojo el camino de Esparragosa, pistas fáciles y cruce del Molar con poca agua, busco más pasos de dicho arroyo todos ellos muy fáciles. Me decido a darle una alegría a mi hijo, voy a por él pensando en llevarle al mini circuito en Villanueva montado para la Gymkana del sábado 17 de noviembre, llego a casa, aparco y un conocido olor a aceite quemado unido a un humo blanco hacen que desmonte los plásticos del chisme con la consiguiente cara de pocos amigos de mi hijo. Chorros del viscoso elemento lubricador empiezan a preocupar al que les escribe. Limpio y busco la herida, me tranquiliza ver que es por la junta del bloque y preveo que es falta de apriete de los esparragos. El miércoles al taller, apunta el mecánico que probablemente tenga razón y cuando se enfríe el chisme reapretará los susodichos esparragos. Viernes por la tarde, mañana es la gymkana y quiero llevar a mi hijo en quad. Pues compuesto y sin cuatro ruedas, la enfermedad es más grave de lo imaginado y hay que desmontar para cambiarle la junta del bloque. Pues nada, a la gymkana en audi, el cual aparco lejos para que no me traten de dominguero. Vistazo a la gymkana mirando con envidia a los ¡¡¡100 kg!!! de la KTM 250 del 2008. Un rato más y para casa que no está el horno para bollos. Aquí os dejo unas fotitos del evento y hasta el fin de semana que viene en el ¡¡¡¡Enduro de Medellín!!!.